sábado, 13 de enero de 2018

Turismo Musical y Festivales en España

La vida sin música sería mucho peor y el ejemplo más claro de esto es el poder de convocatoria que tiene la música, lo que ha desembocado en el boom de los eventos musicales que tenemos en España. Cualquier pueblo o ciudad que se precie ya tiene su propio festival hasta el punto de que muchas veces es difícil elegir a cual ir ya que coinciden las fechas de muchos de ellos, sobre todo en los meses de verano. La pregunta es muy sencilla, ¿Tienen futuro este tipo de eventos? 

La verdad es que si y está considerado uno de los sectores turísticos con más proyección y en el que hay que seguir trabajando, puesto que el público que asiste a los festivales busca una experiencia que no sea simplemente escuchar a unos músicos de forma pasiva, hay que introducir tecnologías que faciliten la interacción instantánea entre el público, los grupos y sus fans, mantener la llama viva durante todo el año con los asistentes, atraer a público internacional, tener en un mismo evento estilos musicales aparentemente distintos… y, en todo esto, España es uno de los referentes.



La Feria Internacional del Turismo (FITUR) de Madrid, una de las más importantes del sector a nivel internacional, este año presenta una novedad para tratar de potenciar un nicho turístico de los festivales de música, del que España se beneficia año tras año. Según datos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), más de 22 millones de personas acudieron a eventos de música en vivo a lo largo de 2016: 19 millones a conciertos y 3,2 millones, a macrofestivales y grandes conciertos. Esto supuso una recaudación de 224 millones de euros, un 12,1% más que el año anterior. Nada más que los primeros diez eventos musicales más grandes del país reunieron a más de 1,6 millones de visitantes, suponiendo un impacto económico superior a los 400 millones de euros en las localidades y alrededores donde se celebran.

Las razones para crear este espacio son tanto promocionar los festivales y los destinos que los acogen, como canalizar el encuentro y el negocio entre los profesionales de la organización y promoción con los turoperadores turísticos. De este modo, se da visibilidad y se refuerza la estructura del producto de turismo de festivales de los que goza España.

Entre algunos datos que nos indican el éxito de este sector en nuestro país podemos encontrar que junto con Portugal, fuimos el destino (de festivales musicales) más popular en 2016 y, además, la que presentan el mayor crecimiento año tras año. Las ciudades de Barcelona, Madrid, Bilbao y Castellón están entre las que más ha crecido el turismo para asistir a festivales. Acerca del turista español, sabemos que hace su reserva con una media de cuatro meses de antelación y que la edad que más viaja es la situada entre los 21 y 25 años, siendo un 54% mujeres y un 46% hombres. Por otra parte, el turista extranjero que nos visita, gasta de media un 40% más al realizar la reserva y el porcentaje más alto es de procedencia británica. 

A continuación, nos centraremos en algunos festivales para medir la afluencia e impacto económico que puede tener un evento de estas características en una población. Por ejemplo el BBK Live de Bilbao, superó los 40.000 espectadores por día (más de 120.000 espectadores) y llevó la ocupación hotelera de la zona al 95 por ciento de su capacidad repercutiendo con más de 20 millones a la capital bilbaína. En Barcelona, por ejemplo el festival Sonar, se calcula que el impacto económico atribuido al evento asciende a unos 75 millones de euros, a los que si se le suman las actividades paralelas realizadas por los ‘turistas musicales’ harían incrementar esta cifra hasta los 124 millones. Otro ejemplo es Valencia, que pretende promocionar a la ciudad como un “lugar de acogida perfecto para festivales”, ya que cuenta con cuatro de los diez festivales que más público congregaron en nuestro país: Arenal Sound, Rototom Sunsplash, FIB y Low Festival. Esto convierte a la Comunidad Valenciana en la tercera comunidad en cuanto a recaudación por entradas en eventos de música en vivo de todo el país.


A pesar de esto vemos como año tras año, con entradas ya vendidas, algunos festivales se caen de la agenda de los “turistas musicales” a causa de una cancelación relacionada con organismos públicos que no son capaces de ver la llegada masiva de turistas y el impacto económico que estos eventos generan en sus localidades. Como casos recientes de cancelación podríamos referirnos a AlRumbo, festival que en 2016 se cerró con 48 mil visitantes diarios, lo que supuso que más de 150 mil personas pasaron por el recinto y por la ciudad pero que en 2017 se canceló dos días antes de su celebración por desavenencias con el Ayuntamiento de Chiclana. Otro caso más reciente aún, es el traslado de Los Álamos Beach Fest de Torremolinos a Estepona, por el mismo motivo que el citado anteriormente.

Incluso con lo sucedido año tras año como hemos visto anteriormente, podemos garantizar que los festivales y el turismo musical, en su conjunto, está más que consolidado como punto de encuentro cultural, musical y de baile en nuestro país, por lo que tenemos que hacer de este uno de los pilares y motor económico del turismo en España.

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