miércoles, 10 de enero de 2018

La industria del turismo en España

El turismo español necesita una restructuración. El modelo turístico creado entre los años 60 y 70 ha quedado obsoleto.
Estaba basado en los servicios de sol y playa, sin embargo, resultó en precios bajos, turismo masivo,
construcciones gigantes en la costa y la conversión de la sociedad de una estructura agraria e industrial a una de servicios.


Las consecuencias del modelo ya son palpables: devastación ambiental, precios más altos de la vivienda,
turistificación de los centros históricos, inseguridad laboral y permanente estacionalidad del trabajo...
Por no mencionar la saturación de infraestructuras como el agua, la electricidad y la atención hospitalaria.


Hay voces críticas que señalan acertadamente muchos de los problemas, pero no proponen ninguna solución.
El turismo español carece de un análisis crítico y estructurado centrado en la propuesta productiva.


El turismo es un sector económico creado por el Estado a expensas de los contribuyentes,
es un sector económico planificado y dirigido por el sector público, aunque administrado por actores privados.
Hasta ahora ha seguido un modelo de producción extractiva, similar al de las industrias petroleras: una empresa,
con participación del estado y el sector privado, conduce prospectos, levanta una industria y extrae recursos que
generan una enorme plusvalía...


Una industria que por su diseño y naturaleza es insostenible, lo que conduce irremisiblemente a la pobreza en el largo
plazo. Es necesario abandonar este modelo extractivista y pasar a un modelo productivo y redistributivo, la pregunta
que queda en el aire es la más simple de plantear y la más compleja de responder: ¿Cómo hacerlo?


En primer lugar, es necesario considerar los objetivos de la industria turística española.
Como sector económico dirigido por el sector público, debe responder al interés general en beneficio común,
por lo tanto, se deben tomar medidas que ajusten el modelo actual de beneficios exclusivos a los beneficios comunes.
La industria debe tener en cuenta las externalidades negativas que genera, los costos ambientales, el desgaste y
la saturación de las infraestructuras. El desgaste y la turistificación de las ciudades.
Todo esto tiene un valor que debe ser pagado y cubierto por actores privados.


En segundo lugar, es necesario llegar a un acuerdo colectivo que abarque de manera integral el sector del turismo.
El costo económico y social del modelo laboral, respaldado por gobiernos sucesivos es muy alto, insoportable en
comunidades como la nuestra, no podemos continuar con un modelo económico que privatiza los beneficios de una
industria pero redistribuye sus gastos.


En tercer lugar, es necesario reorganizar el modelo de turismo aplicado. No solo es perjudicial para el bienestar de la
población local, sino que también es antieconómico desde el punto de vista comercial.
El modelo turístico de Sol y Playa ha quedado obsoleto, proporciona poco valor agregado y conlleva demasiados
gastos sociales. Es necesario pasar a una transformación de la industria, de un modelo de turismo de masas a
un modelo de turismo de calidad, un modelo de turismo que permita su propia reproducción económica y social,
sin devastar los territorios social y ambientalmente.


Este problema quizás sea más identificable en las zonas del mediterráneo y no tanto en otras zonas del país,
donde el turismo si es más de cultura, gastronomía o naturaleza. No es un problema que se vaya a resolver en
dos días y no ayuda el que en España se den diferentes legislaciones dependiendo de la comunidad autónoma
en la que nos encontremos.


¿Qué opináis vosotros, necesita el sector una reestructuración o está bien como está?

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